¿Revelas tus fotografías? ¿Obtienes los resultados que buscas?
Antes de que te pongas a tocar deslizadores, curvas, ajustes, etc. tienes que saber qué quieres obtener con el revelado, sólo así sabrás hacia dónde ir y qué camino seguir.
Como ya te he comentado en otros artículos sobre revelado, por las limitaciones de las cámaras fotográficas, a menos a día de hoy, es muy aconsejable que las reveles.
El revelado te ayuda a acercar tus fotografías a lo que viste en la captura o a lograr transmitir de la mejor manera posible lo que quieres transmitir con tu fotografías.
En este artículo quiero que no cometas errores que te van a hacer perder el tiempo y que además harán que tus imágenes no mejoren visualmente.
Y si actualmente no revelas tus fotografías, aunque ya te expliqué todos sus beneficios, espero que a partir de este artículo comiences a hacerlo 😉 .
RAW por supuesto
Cuando hablamos de revelado, hablamos de trabajar con nuestras fotografías en formato RAW, tal y como te voy a comentar a continuación.
Como ya he explicado antes en otros artículos, es un formato en el que la cámara no aplica ningún procesado a la imagen y nos deja esa labor a nosotros.
No ocurre lo mismo con el formato JPEG, en el que la cámara ya realiza un procesado automático y en el que se pierden mucha información, que no es de interés es este formato.
El formato RAW contiene toda esa información, algo que te vendrá genial para extraer el máximo a tus fotografías en el revelado.
El revelado como continuación de tu visión
En este artículo te voy a hablar de revelado, pero también de aspectos que tienes que tener en cuenta para para mejorar tu visión.
Muchos de los aspectos que tienes que tener en cuenta en el revelado son igualmente aplicables para la captura, y a la inversa.
Como dice el fotógrafo David DuChemin, en su libro “Visión y voz”, existen 3 imágenes que conforman la fotografía final. La que uno llega a imaginar (etapa que denomino de Ideación/Visión), la que eres capaz de capturar con tu cámara (etapa de Captura) y la que refina en el laboratorio digital (etapa Revelado). Y según nos plantea DuChemin, cuanto mejor seas obteniendo en las dos últimas imágenes (captura y revelado), más te acercarás a la primera imagen (imaginada).
Aclarando conceptos: revelado, procesado, retoque, edición…
Estoy seguro que has leído, escuchado, etc. estos términos muchas veces, pero ¿tienes claro a qué se refieren?
Ya he hablado de ello en otros artículos del Blog, pero creo que es oportuno dejarlo claro aquí también.
La verdad es la definición de estos términos no es unánime. Muchas veces se confunden unos con otros, se pisan y las fronteras entre unos y otros no queda del todo clara.
Revelado digital
Esta palabra proviene del revelado en el laboratorio analógico, pero adaptado al laboratorio digital que es ahora nuestro ordenador.
Es el proceso que sirve para “positivar” nuestros archivos RAW, nuestros “negativos” digitales. Ya que como ya expliqué los archivos RAW no están procesado por la cámara y guardan la información en “bruto”, por lo que hay que realizar el revelado.
El revelado se realiza con programas específicos como Lightroom, Camera Raw, Capture One, etc.
A veces a este proceso de tratar inicialmente nuestro archivo RAW también se le llama procesado o edición, pero para que tú y yo nos entendamos y en todo momento sepas de qué estoy hablando, para mí (y no soy el único), le llamaré en adelante simplemente revelado.
Existe un revelado básico que se aplica a toda la imagen modificando la temperatura de color, la exposición, el contraste, etc. Su aplicación puede ser muy rápida, casi de segundos.
Y un revelado avanzado, que ya supone aplicar cambios a determinadas zonas en la imagen, lo que se llama trabajar por zonas. Este revelado no se aplica a toda la imagen, si no que se aplica sólo localmente a las partes que se considera de interés. Este revelado ya exige trabajar más sobre la imagen, y puede llevar desde minutos a horas.
Procesado, retoque y edición
Si hablamos de retoque en fotografía a todos se nos viene a la cabeza las imágenes de las modelos, con sus curvas perfectas, su piel impoluta, etc.
Efectivamente, eso es retoque. Aunque también lo es poner y quitar personas, cosas, elementos de una fotografía, como el reciente caso del famoso fotógrafo Steve McCurry.
En este proceso no hay límites, el límite lo marca tu creatividad y el conocimiento que tengas de las herramientas 😉 .
Aquí, la herramienta por excelencia es Photoshop, aunque existen muchas otras, como Gimp (software libre) y últimamente está en auge Affinity Photo.
Los términos de procesado y edición, siempre son un poco ambiguos y a veces se usan para cualquier proceso de modificación de una imagen. Pero yo siempre me referiré como si hablase de retoque.
Arte digital: hay sitio para todos
Hoy día gracias al procesado o retoque de imágenes las posibilidades creativas son casi ilimitadas, lo que es algo bueno.
Pero también es cierto que cada vez hay más confusión respecto a este asunto en el mundo de la fotografía y existe un acalorado debate hoy día.
Está claro, que disciplinas como el fotoperiodismo, exigen una ausencia absoluta de retoque fotográfico.
Dice José Benito Ruiz, un estupendo y galardonado fotógrafo español de naturaleza, en su libro “Composición en fotografía. El lenguaje del arte”:
Cuando se establezca una nomenclatura clara entre fotografía, fotografía retocada, fotomontaje, arte digital basado en fotografía…, el arte se verá enriquecido y se encontrará el justo valor de las obras.
Soy de la misma opinión que José Benito Ruiz, creo que sería conveniente dejar claro cómo se obtiene cada tipo de imagen, ya que el proceso no es el mismo.
No es que lo puramente fotográfico sea mejor, ni peor, sólo que seguramente en beneficio de todos es preferible dejar clara la forma de obtenerse cada imagen.
Los 5 errores que debes evitar al revelar
1. Pensar que el revelado lo arregla todo
¿Qué quiero que comunique mi imagen? ¿De qué trata mi imagen?
Un aspecto fundamental aquí es la composición (episodio 4, el poder del encuadre) (episodio 6, centro de interés).
Cuando captures piensa en la atmósfera que quieres transmitir.
En la atmósfera también podemos utilizar las fuerzas de expresión que se mueven entre los polos opuestos de armonía (simetría, equilibrio, unidad, sencillez,…) y contraste (asimetría, exageración, inestabilidad, …).
Ya iremos viendo estas formas de expresión y cómo aplicarlas en tus fotografías.
En la captura debes plantearte qué aspecto debe tener tu imagen para comunicar esa atmósfera, pensamiento o emoción.
2. Revelar sin intención
Cuando te sientas delante de tu programa de revelado, dispuesto a revelar tus fotografías, debes saber qué quieres potenciar con el mismo.
No se trata de ir tocando deslizadores, ajustes, etc. sin ton ni son. Cada ajuste tiene su correlación con lo que se conseguir con él y debes utilizarlo según lo que buscas.
¿Cuál podría ser el objetivo en el revelado? Pues básicamente:
- Minimizar las distracciones. Para conseguir que el mensaje, que lo importante quede claro. A menos distracciones, más claridad en el mensaje.
- Maximizar la atmósfera. La atmósfera que quieres transmitir con tus fotografías y que ya tenías presente o sentiste cuando realizaste tu fotografía.
Te aconsejo que no dejes pasar mucho tiempo desde la captura al revelado, así todavía tendrás presente qué sentiste en la misma y lo vas a poder utilizar en el revelado.
3. No conocer los elementos que atraen al ojo
Para que tus fotografías impacten y dejen claro su mensaje tienes que ir aprendiendo cómo afectan los elementos de tu fotografía y cómo aparecen a lo que transmites.
En resumen, tienes que ir aprendiendo el lenguaje visual, del que tanto te vengo dando el follón en el Blog 😉 .
Saber dominar el impacto de estos elementos te viene genial para la captura y también para el revelado.
A modo de ejemplo, y para ser más concreto te comento alguno de estos aspectos o elementos que intervienen en la atención que conseguimos del espectador:
- Enfoque: Elementos nítidos reciben antes la atención que los desenfocados.
- Personas: Las personas reciben la atención antes que otros elementos. Especialmente los rostros de las personas, y sobre todo los ojos (de ahí la “regla” de la mirada).
- Luz:
- Las zonas de luz, las zonas más claras, atraen nuestra atención antes que las zonas oscuras.
- Zonas de alto contraste antes que de bajo contraste.
- Color:
- Colores vivos atraen la atención del ojo antes que colores oscuros.
- Colores cálidos antes que fríos.
- Formas y líneas:
- Las líneas diagonales son las que más atraen la atención, más que líneas rectas.
- Elementos grandes o dominantes antes que elementos pequeños.
Iremos viendo todos estos elementos, cómo afectan a la imagen, poco a poco en el Blog.
4. Creer que hay fórmulas para el revelado correcto
El revelado no es cuestión de valores de ajuste ni de fórmulas que valgan para todas las imágenes. Cada fotografía precisa de un revelado distinto.
Seguramente vas a realizar ajustes parecidos cuando quieras transmitir cosas parecidas, pero no quedes con los valores de los ajustes.
Por ejemplo, a una fotografía le puede venir genial subir el contraste (pongamos +35, ya veremos de qué va esto si no lo sabes), sin embargo a otra quizás se venga bien subir algo, pero no tanto (+10).
Tampoco te sirve que copies el revelado que hacen otros fotógrafos, por lo menos no literalmente, sin saber al menos por qué realizan esos ajusten y no otros.
En ese sentido los ajustes preestablecidos de Lightroom o Camera Raw (Presets) son especialmente dañinos para el revelado. Su uso es muy sencillo y tus fotografías puede parecer que mejorar, pero ¿por qué mejoran? ¿Qué es lo que te ha gustado de esos ajustes?
Si los aplicas sin más nunca llegarás a saber revelar realmente tus fotografías.
5. No seguir un orden o flujo de trabajo en el revelado
Cuando te dispones a revelar, los programas ofrecen múltiples ajustes sobre la imagen.
Entonces ¿por dónde empezar? ¿Da igual el orden?
Seguramente puedes llegar al mismo resultado, o muy parecido, aplicando en distinto orden tus ajustes, pero si no consigues interiorizar y seguir un determinado orden en los mismos, te va a ser complicado aplicarlos de forma “coherente”, revelado tras revelado.
Realmente eres libre de usar el orden que mejor se adapte a tu forma de trabajar, pero lo que si te aconsejo es que utilices un orden.
La lógica nos dice que parece más razonable comenzar por aquellos ajustes que más pueden afectar a la imagen, como es por ejemplo el recorte de la fotografía o los ajustes de lente, para corregir los efectos visuales que dan a la fotografía determinados objetivos (si queremos corregir ese efecto), sobre todo los objetivos más angulares.
Y de la misma forma, parece razonable dejar para el final los ajustes que tienen su mayor aplicación de cara a la impresión de la fotografía, como es el enfoque.
Si estás cometiendo alguno de estos errores es hora de ponerles solución, no te preocupes, todos nos equivocamos.
En el Blog y próximamente en un canal de Youtube voy a mostrarte cómo ir revelando tus fotografías y cómo afecta cada ajuste a lo que quieres transmitir.
Dime, ¿estás cometiendo alguno de estos errores? ¿Qué opinas de los mismos? Déjame un comentario con tu opinión, sugerencias, ideas, etc. Y si te ha gustado te agradecería mucho que lo compartas por tus redes sociales.
juventino dice
Creo que no estoy aplicando correctamente la mascara y la claidad,no tengo claro en que situaciones usarlas.
Braulio dice
Hola Juventino 🙂
Muchas gracias por tu comentario. Aunque no me indicas el programa, imagino que usarás Lightroom o Camera Raw, aunque da un poco igual. Cuando te refieres a la máscara, me supongo que te refieres a la máscara de Enfoque, la máscara te sirve para limitar la aplicación de ese ajuste, del enfoque. Cuanto más subes la máscara más estás reduciendo su aplicación, aplicándose sólo a los bordes. Si pulsas la tecla «Alt» del teclado al tiempo que lo cambias, estos programas te muestran qué partes de la imagen se verán afectadas ¡pruébalo! 😉 . Respecto a la Claridad, es un ajuste un tanto especial, porque aplica un poco de contraste, un poco de enfoque, una pequeña saturación, etc. Generalmente te viene bien para hacer la imagen más dura si es positivo, según el nivel que apliques, o más suave, para dar una sensación incluso un poco más de «ensueño», si utilizas valores negativos. Pero si usas valores extremos, el impacto es bastante grande, por lo que te aconsejo usar valores pequeños, ya sean positivos o negativos. Y realmente se suele aplicar más por zonas que a la imagen completa ¡Espero que lo veamos pronto en el canal de Youtube que estoy preparando! Si te suscribes te mantendré informado 😉 .
Un abrazo,
Braulio
Emilio B. dice
Entrada muy útil para aclarar conceptos. Gracias
Braulio dice
Hola Emilio 🙂
¿Qué tal? Me alegro mucho que te hayan gustado los consejos sobre el revelado/procesado que indico en el artículo.
Son cuestiones sencillas, pero es fácil caer en estos errores. Espero que pronto podamos ver más temas de revelado 🙂
Gracias por tu comentario.
Un saludo,
Braulio
Emilio B. dice
Te agradecería que siguieras dando pautas sobre el revelado. Es un aspecto muy importante, porque es el momento de la «interpretación» de esa «partitura» que es el negativo, la toma. Y nada fácil. Sumamente importante, aunque lo primero (claro) es la visión fotográfica, hacer la foto, vaya, y ser capaces de expresar nuestra visión del mundo., porque «no vemos las cosas como son, sino como somos».
Gracias. Saludos.
Braulio dice
Hola Emilio,
Claro que sí, es un proceso muy importante que puede ayudar mucho a conseguir el resultado que se busca, ese resultado personal que comentas 🙂
El Canal de Youtube es el sitio idóneo para ello, pronto empezaré con él 😉
Un fuerte abrazo,
Braulio