¿Necesitas viajar al otro lado del mundo para hacer buenas fotografías? ¿Necesitas grandes modelos, un estupendo equipo, etc., etc., etc.?
Pues la verdad es que no, no es necesario. Y como muestra, la obra de uno de los que es considerado uno de los mejores fotógrafos del siglo XX, Edward Weston.
A Weston le sirvió ser una persona inquieta, en constante búsqueda, con una gran pasión por su trabajo, para hacer brillar por ejemplo a un humilde pimiento.
Demostrando que nos queda mucho no por ver, si no por mirar, con nuevos ojos con ojos observadores de fotógrafo.
¿Te animas a conocer a Weston y dar un repaso por la historia de la fotografía?
Sus inicios
Edward Weston fue un fotógrafo estadounidense que nació en 1886 y murió en 1958, y que es considerado uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX.
A los 16 años se inició en la fotografía y en 1911, con 25 años, abrió su propio estudio de retratos. Sus comienzos se encuadraban en el pictorialismo, y en 1914 de hecho fue miembro fundador de Los Angeles Camera Pictorialist.
Weston como otros fotógrafos de su generación, buscaba otorgar al medio la categoría de arte por sí misma, sin tener que tomar prestado de otras artes, como la pintura.
Por desgracia, en los primeros debates acerca del estatus artístico de la fotografía, en la década de 1850, predominaban las posiciones que negaban el valor artístico de la fotografía.
¿En qué se basaban para ello? Pues fundamentalmente en el carácter mecánico de fotografiar, en la aparente falta de acción detrás de la cámara.
Un poco de historia
Fue en 1826, cuando el científico francés Nicéphore Niepce obtuvo la primera imagen fotográfica, la famosa “Vista desde la ventana en Le Gras”, obtenida tras 8 horas de exposición mediante una cámara oscura y una placa de peltre recubierta en betún.
Aunque hasta 1839 no comienza oficialmente la historia de la fotografía, año que se dio a conocer en París del primer procedimiento fotográfico: el daguerrotipo, creado por el también francés Louis Daguerre.
Los avances eran lentos, el calotipo del inglés William Fox Talbot permitían obtener copias a partir del negativo en papel, pero no tenía tanta calidad como los daguerrotipos.
La fotografía estaba en manos sólo de profesionales y verdaderos apasionados, por lo complicado del proceso. Pero los «retratos al daguerrotipo» empezaron a divulgarse entre la burguesía por ser mucho más baratos que los pintados a mano.
Pero desde el mundo artístico se miraba con desprecio al nuevo medio. Personas relevantes en el mundo del arte y la literatura como el francés Baudelaire, señalaba en un conocido ensayo de 1859:
Si se permite que la fotografía supla al arte en algunas de sus funciones pronto […] lo habrá suplantado o totalmente corrompido. […] Es necesario, por tanto, que cumpla con su verdadero deber, que es el de ser la sirvienta de las ciencias y de las artes.
A ese humilde destino se veía abocada la fotografía en sus orígenes, ser sirvienta de las verdaderas ciencias y artes.
Y es así como un primer movimiento, llamado fotografía Academicista, intenta conseguir fotografías al estilo de la pintura academicista, con poses muy clásicas, rebuscadas, etc. Si la fotografía no era un arte y la pintura sí ¿qué tal si intentamos hacer fotografías al estilo pictórico más clásico?
En ese momento la fotografía copia a la pintura.
Como curiosidad ya se usó la técnica del «positivado combinado«, una forma precursora del actual fotomontaje.
El pictorialismo es un movimiento fotográfico de pretensiones artísticas que se surge como reacción a la fotografía de aficionados, considerada vulgar y nacida con la comercialización de la cámara fotográfica de Kodak y su sistema de revelado y copiado en laboratorios industriales, que se extiende rápidamente por todo el mundo en tanto no se requerían conocimientos técnicos para su uso. Y también se opone a la fotografía academicista reivindicando los valores propios de la fotografía para la realización de obras de arte en plena igualdad con otras disciplinas artísticas (pintura, escultura, arquitectura). Es por ello que se renuncia a la imitación de la pintura.
En el pictorialismo se destaca la sensibilidad e inspiración de los autores, se busca mostrar sensaciones, y se otorga un papel secundario a la técnica.
Ya que se acusaba la fotografía de ser un medio mecánico para simplemente captar la realidad, el pictorialismo trata de captar imágenes que se alejen de la representación de la realidad.
Se buscan deliberadamente desenfoques, se colocan filtros, pantallas y otros utensilios que impiden ver claramente, se utilizan juegos de luces y sombras, etc.
En los paisajes se buscaban días nublados, de lluvia o niebla, condiciones que generasen imágenes poco nítidas y en retrato también se busca esa borrosidad, con poses clásicas, de mujeres principalmente, etc.
Y todo ello para provocar un efecto similar a la pintura impresionista, de ahí que también se conozca como fotografía impresionista.
Es decir, el pictorialismo quería romper con la visión de la fotografía academicista clásica, pero siguió apostando con llevar a la fotografía al lado de la pintura impresionista.
Estos fueron los orígenes de Edward Weston y otros muchos fotógrafos de la época.
Del Pictorialismo a la fotografía directa
A principios del siglo XX, Alfred Stieglitz, Edward Steichen y otros fotógrafos forman el movimiento “Phoso-secession” en Estados Unidos. Con la misma intención que el pictorialismo, dotar a la fotografía de voz propia.
Así, Alfred Stieglitz afirmaba:
Desde entonces comencé mi lucha, o mejor, mi esfuerzo consciente por el reconocimiento de la fotografía como un medio nuevo de expresión que fuera respetado en su propio derecho, sobre las mismas bases que cualquier otra forma de arte.
A partir de este movimiento y con las aportaciones de otros fotógrafos, como el estadounidense, Paul Strand, se desarrolló lo que se llamó “fotografía directa”. Un movimiento que quería al medio un nuevo estatuto, que la fotografía nada tenía que tomar prestado de otras artes, como la pintura.
Por fin se empieza a ver la fotografía como un medio con expresión propia y ya no trata de asemejarse a la pintura.
Edward Weston, evoluciona con estos movimientos del pictorialismo de sus inicios, y a partir de 1920 realiza una fotografía más natural, centrándose en la búsqueda de la forma desvelada por el cuerpo humano desnudo, las formas de los vegetales y otros elementos naturales como las conchas o las curvas de una duna.
Ejemplos de sus desnudos:
Ejemplos de sus fotografías a elementos naturales:
Viaja a México, junto a la actriz Tina Modotti, con quién, aparte de ser mentor, mantiene una relación sentimental, y allí comienza a fotografiar sujetos sencillos.
Anotaba los detalles de sus investigaciones, publicados entre 1923 y 1924 en sus Daybooks, que constituyen un recurso excelente sobre el proceso artístico y la técnica de la fotografía.
En 1925 realizó imágenes de sujetos ordinarios e incluso insospechados, como un retrete. Que tuvieron buena crítica, incluso el pintor mexicano, Diego Rivera, llegó a decir que aquella imagen del retrete le parecía la fotografía más bella que había visto.
En 1932, con otros fotógrafos, como Ansel Adams e Imogen Cunningham, dio un paso más y fue uno de los fundadores del movimiento f/64. Que como su nombre indica buscaba la máxima nitidez en las fotografías, huyendo de los desenfoques y borrosidad del pictorialismo.
Weston y sus pimientos
Y es así como Weston llegó a sus famosas fotografías de pimientos, a partir de 1927.
Los fotografió durante muchos años. Pero es su “Pimiento nº 30” la fotografía más conocida de la serie.
Investigando, buscando la mejor forma de iluminar el pimiento, utilizó un embudo donde colocaba el pimiento para conseguir una la luz reflejada que le envolviese, consiguiendo una intensa sensación de tridimensionalidad.
Se dio cuenta de la eficacia de la imagen, que elevaba el más simple de los objetos a algo con significado:
Es un clásico, totalmente satisfactorio; un pimiento, pero algo más que un pimiento; abstracto porque está fuera de cualquier tema. No posee atributos psicológicos, no se sugiere ninguna emoción humana: este nuevo pimiento te arrastra más allá del mundo que conocemos de forma consciente.
Esta imagen es una muestra de cómo el trabajo paciente y la devoción por el medio fotográfico, puede aliarse con las cosas más sencillas para crear estupendas fotografías.
Y lejos de no transmitir nada, de no sugerir emociones humanas, la fotografía contiene unas claras asociaciones, donde podemos ver, por ejemplo, el abrazo de dos personas 😉
Desgraciadamente, su carrera se vio interrumpida por la enfermedad de Parkinson. Pasó los últimos años de su vida colaborando con sus hijos, positivando portfolios de su obra.
Murió en su casa en California el 1 de enero de 1958.
Libro recomendado: Edward Weston : 1886-1958
¿Conocías a este fotógrafo y su obra? ¿Estás de acuerdo conmigo cuando digo que no hacen falta grandes para conseguir buenas fotografías? Déjame un comentario y cuéntame 😉 Y si además te gusta este artículo, te estaré muy agradecido si lo compartes en tus redes sociales 😉
Activo Saludable dice
Me ha agradado este artículo, mil gracias por compartirlo y prosigue de este modo.
Braulio dice
Hola,
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado. Me parece muy importante conocer la historia de la fotografía.
Un saludo,
Braulio