¿No usas el formato RAW? ¡Qué pena!

¿Sabes que es el formato RAW? Si no lo sabes no te preocupes, para eso he escrito este artículo 🙂 . Si tu cámara te permite utilizar este formato de archivo y no estás utilizando, te estás pendiendo sacar el máximo partido a tus fotografías. Es como si te

Si no sabes exactamente las diferencias entre JPEG y RAW, en este artículo veremos con claridad y profundidad cuales son.

 Tipos de archivo de imagen

Hoy día, la mayoría de cámaras digitales permiten guardar las imágenes en formato JPEG y RAW, salvo las compactas de gama más baja y la mayoría de móviles, que sólo pueden guardan la imagen en JPEG. El formato JPEG actualmente es el formato de imagen más extendido del mundo.

Sin embargo, muchas cámaras digitales hoy día pueden guardar la imagen también en otro formato, el formato RAW. Éste término en inglés se podría traducir como «bruto» o «en crudo«, y se suele referir a él como negativo digital. Un poco más adelante veremos a qué se refiere este término.

Como ya te he comentado, todas las cámaras réflex digitales, la mayoría de cámaras sin espejo y muchas compactas, permiten guardar en formato RAW, además de en formato JPEG. Y actualmente, ya hay teléfonos móviles que también pueden guardar en formato RAW, para que veas cómo es un formato que se está extendiendo.

Vamos a ver primero JPEG, el formato como hemos dicho más extendido, y sus deficiencias, que explican por qué apareció el formato RAW.

Formato JPEG

A lo hora de guardar la información de la imágenes digitales hay muchos formatos, pero sin duda, el más extendido de todos es JPEG. Como ya he comentado todas las cámaras digitales pueden guardar en este formato. Y si es así no es por casualidad, es un estupendo formato de archivo, sólo que tiene ya muchos años y tiene sus virtudes y deficiencias.

Por si no lo sabes, desde que el sensor digital de la cámara capta una imagen, hasta que se guarda finalmente en un archivo de la tarjeta de memoria, la imagen pasa por un par de pasos muy importantes que debes conocer, al menos, someramente. Vamos a verlos.

Paso 1: mejora de la imagen

La información que capta el sensor de las cámaras digitales podríamos decir que es un poco “tosca”. Por varios motivos, la imagen inicial capturada por el sensor es muy plana, tiene muy poco contraste, los colores no están muy ajustados, etc.

Por lo tanto, el primer paso que hace las cámaras al guardar en JPEG es aplicar un primer “revelado” automático intentando mejorar estos inconvenientes. Así al guardar en JPEG, la cámara realiza un revelado realizando al menos estas acciones:

• Balance de blancos. Intentando que el color en la imagen sea el más parecido al color real de las cosas. Ya desarrollaremos más adelante en otra entrada este tema.
• Mejora del contraste. Generalmente subiendo el contraste de la escena.
• Añade saturación. Satura los colores inicialmente algo “apagados” del sensor.
• Aplica un enfoque. Para perfilar algo más los elementos de la escena y que mejore el mismo.

Como resultado de estas acciones, a simple vista la imagen se ve mejorada. Aparentemente o visualmente el proceso ha mejorado la misma. Pero en el fondo este primer “revelado” automático de la cámara también deja por el camino mucha información, tomando además por nosotros unas decisiones que no van a ser siempre las que nosotros hubiésemos tomado.

Paso 2: compresión

El segundo paso que realiza la cámara antes de guardar la imagen capturada es comprimir la misma para que ocupe menos espacio en nuestra tarjeta de memoria.

OJO, no es reducir el tamaño de la imagen, el número de píxeles, si no el espacio que ocupa la imagen en la tarjeta de memoria.

Y hace esta compresión utilizando el formato comprimido JPEG. Esa compresión ahorra espacio de almacenamiento, pero el lado negativo es que también supone una pérdida de información. Aún así, en la compresión JPEG intenta que esa pérdida de información afecte lo menos posible a la visualización de la imagen. Y realmente es bastante bueno, ya que a no ser que se comprima mucho y haya una pérdida muy importante de información, la compresión prácticamente no afectará a la visualización.

Los ratios de compresión con JPEG aproximados suelen ser del orden de 10 a 1, es decir, que se reduce 10 veces el espacio de almacenamiento utilizado por la imagen original (este ratio de compresión se expresa como 10:1).

En JPEG una vez que la imagen se ha “revelado” automáticamente para mejorarla y se ha comprimido, se guarda finalmente en un archivo. Por ejemplo: DSC105.JPG.

Formato RAW

El formato de imágenes RAW, que como hemos dicho se podría traducir como «bruto» o «en crudo«, es un formato de imágenes digitales que guarda todos los datos de la imagen, tal y como es captada por el sensor digital de la cámara. Sin aplicar prácticamente ningún “revelado” o procesado a la imagen original.

Esto hace que la imagen RAW tenga los inconvenientes de la imagen original captada por el sensor: falta de contraste, saturación, enfoque, etc. Pero tiene la ventaja de que la imagen contiene toda la información del sensor, sin ser modificada o pulida por la cámara.

Al no ser “revelada” automáticamente por la cámara, la imagen RAW tendrá que ser revelada por nosotros, algo que nos genera más trabajo, pero que permite extraer toda la calidad de la imagen digital captada por el sensor.

Como los archivos RAW necesitan ser revelados por nosotros, se suelen llamar negativos digitales, equivalentes a los negativos de película en el mundo analógico, que debían ser revelados y positivados para obtener las copias en papel.

Compresión en RAW

A pesar de lo que he escuchado y leído muchas veces, RAW es un formato que también comprime la información (como JPEG) pero la diferencia es que en RAW se realiza una compresión sin pérdida de información.

Al no perder información, en el formato RAW se consigue menos compresión que con JPEG. Los ratios de compresión en RAW aproximadamente suelen ser del orden de 3 a 1, se reduce el tamaño del archivo a un tercio del original (ratio 3:1).

Mayor profundidad de bits

Como es posible que sepas, cada píxel de la imagen que genera tu cámara se guarda con su componente de color RGB (Rojo, Verde y Azul). JPEG para cada uno de esos componentes o canales de color utiliza 8 bits. Así, cada píxel almacenará un valor concreto entre más de 16 millones de colores disponibles, que no es poco.

Pero los archivos RAW suelen utilizar todavía más bits por componente de color: 12, 14 y hasta 16 bits. Así se aprovecha al máximo la gama de colores que puede captar el sensor de tu cámara, y que no se pierdan al ser guardados en un formato con máximo 8 bits como es el caso de JPEG. Otra ventaja de los archivos RAW.

Ya detallaremos en otro artículo las cuestiones técnicas de la imagen que captura tu cámara.

¿Qué formato elegir? RAW por supuesto

La mayoría de las cámaras que permiten guardar en RAW, naturalmente también permiten guardar en JPEG e incluso en JPEG y RAW simultáneamente. Es decir, que para cada fotografía se generarán dos archivos que tendrán el mismo nombre de archivo (pero distinta extensión), un archivo JPEG y otro RAW.

Al principio al menos, la opción que te aconsejo es la de disparar simultáneamente en RAW y JPEG. Así tendrás tu archivo antiguo JPEG, al que estás más acostumbrado (y que tu ordenador, aunque sea antiguo, va a reconocer sin problema) y que ya tiene un procesado automática básico, y el potencial del revelado en RAW.

Espero con la comparación del revelado de esta fotografía de Lisboa acabo por convencerte para que uses RAW. Se trata de una fotografía con partes quemadas, la medición de la cámara se ajustó a las sombras y las partes de luz quedaron sobreexpuestas (quemadas).

Comparemos el revelado que se ha podido realizar a una zona quemada con JPEG y RAW, ambas han sido reveladas de la misma forma, bajando la luz en esas zonas (lo que se llama altas luces, ya lo veremos), pero compara el resultado por ti mismo:

Y si comparamos el JPEG sin revelar, directo de la cámara, con el procesado automático que le aplica, con el RAW revelado por nosotros, la comparación todavía es más evidente:

Oye, he configurado RAW, pero mi cámara no genera archivos RAW

Efectivamente, si ya has probado a utilizar este formato (o lo usas habitualmente), te habrás dado cuenta de que los archivos que genera tu cámara no tienen extensión .RAW, por ejemplo: DSC105.RAW; si no que son DSC105.CR2 (en cámaras Canon), DSC105.NEF (en cámaras NIKON), DSC105.ORF (en cámaras Olympus), etc.

Cada fabricante tiene su propio formato RAW, pero todos ellos son “negativos digitales” y recogen toda la información del sensor. La única diferencia es que cada uno lo guarda a “su manera”. ¿Para qué vamos a hacer algo estándar? Mucho mejor cada uno por su sitio… ¡no aprendemos nunca!

Las cámaras suelen traer un CD con los programas de revelado propios de cada fabricante o se pueden descargar de sus Webs. Pero yo te aconsejo que utilices Camera Raw (un plugin que acompaña a Photoshop desde su versión 7.0.1) o Lightroom, que son programas genéricos que leen la inmensa mayoría de archivos RAW, sobre todo si usas versiones actualizadas. Hay otros, pero estos serán básicamente los programas de revelado que utilizaremos en este Blog.

Sólo hay un formato RAW que intenta ser un estándar, es el formato DNG diseñado por Adobe, pero las cámaras todavía no suelen guardar en ese formato. El uso de este formato tiene una serie de ventajas, y también algunas desventajas, de las que ya hablaremos en otro artículo del Blog, más adelante.

¿Y entonces ahora tengo que revelar todas mis fotografías?

A ver, por poder claro que puedes. Pero como con la fotografía digital se nos va el dedo y disparamos sin reparos, volvemos de unas vacaciones con ¿500? ¿¿1000?? ¿¿¿3000 fotografías??? Jejeje.

Por lo tanto, mi consejo es que sólo reveles las que más te gusten. Haces una selección y revelas sólo esas. Si alguna vez quieres siempre puedes volver al archivo y revelar otras que también te gusten.

Además, como ya veremos con los programas de revelado que ya he comentado, el revelado básico es cuestión de minutos, por no decir casi segundos, si la toma está bastante conseguida de cámara.

Y esto me hace pensar en un último tema que te quiero comentar sobre el revelado. Con el revelado podemos sacar todo el partido a nuestras fotografías, ajustándolas todo lo posible a lo que habíamos visto o sentido hicimos nuestra fotografía. Pero por muy buenos que seamos revelando una fotografía, si una fotografía no está bien tomada, ya sabe el dicho: por mucho que se vista la mona de seda, mona se queda 😉 . Por lo tanto esfuérzate en que la captura sea lo más correcta posible o que se ajuste lo más posible a lo que buscas, entonces sí, en ese caso el revelado la va a hacer brillar.

Espero que ya te hayas dado cuenta de lo que te estás perdiendo si puedes y no estás usando el formato RAW. Si es así, ¿de verdad vas a seguir sin usar RAW?

Cuéntame, ¿usas RAW, no lo usas? ¿Qué te parece lo que te cuento en este artículo? Me encantaría saber tu opinión, tus dudas, sugerencias, etc. ¡Muchas gracias!

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